Sara miraba las estrellas desde aquel terreno elevado al que Carlos la había llevado. Hacia ese fresquito de septiembre por la noche que le enfriaba ligeramente los pies descalzos. Carlos paso los pies alrededor de su cintura y la abrazó por detrás. Ella agradeció ese calor extra porque empezaba a tener un poco de frío. Carlos le dio un beso y le dijo que dentro del coche haría menos frio. Sara confiada y con una sonrisa se levanto y se dirigió al coche con él. Un abrazo y un pequeño beso se convirtieron pronto en caricias apasionadas y llenas de pasión. Carlos la estaba tratando como nunca nadie la había tratado, hacia que se sintiera querida y deseada y eso le gustaba mucho. Desde aquel día la piedra de las estrellas se convirtió en su sitio,desde el que deseaba ver la estrella y recordar todos esos besos y caricias...
sábado, 12 de septiembre de 2009
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jooooooooooooo pero qué bonito!!!!! aissssss!! si no tuviese que hacer de chofer!!! me iba y me quedaba en esa piedra de las estrellas!!!! feliz fin de semana!!!!
ResponderEliminarque bonito..
ResponderEliminarRealmente muy bonito.
ResponderEliminarPrecioso.
Supongo que todo el mundo
tiene un sitio especial.
Besos.
Qué dulce ^-^
ResponderEliminarY creo que La Chica Piruleta tiene razón, cada cual tiene un lugar especial en este mundo, un lugar mágico dónde todo se ve más bonito y nada duele tanto.
Un beso
Carlos