Creyó en el amor y ahora ni sus regalices hacen que este un poco menos triste. Solo su sonrisa podia hacerla reir y ahora él esta lejos pero prometió que volveria pronto, aunque de eso haga ya mas de 6 meses. Ni llamadas, ni sms, nada que le haga pensar que él se acuerda de ella... pero en el fondo ella tiene la esperanza de que volverá y que será mucho mejor que antes. Porque su diferencia de edad no puede ser un motivo para dejar escapar el amor mas maravilloso del planeta, no despues de todo lo que compartieron y ahora ella le necesita como siempre ha estado, abrazandola y dandole todas las caricias que se merecia. ¿ Por qué hizo caso a la gente? Si uno ama no le importa nada, como habia hecho ella, pero él tenia miedo y eso ella lo sabia. Por eso le iba a esperar todo el tiempo que hiciera falta.

-Cuando seas mayor entenderás nuestra separación- dijo él antes de marcharse- Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de hecharme de menos. Cuida de mi corazón, lo he dejado contigo.

Y se fue, pero... ¿para cuando volveria?....

Encuentro Sorpresa

Aburrida, en su habitación. ¿Qué hacer? Pensaba en dejarlo todo ¿Qué pasaba si un día desaparecía? ¿si cogía su maleta y no volvía nunca?

Estaba harta de la rutina que volvía todos los días a su vida. Sólo había una cosa que no le gustaría dejar atrás... a él. Pero ¿Qué hacia? ¿lo metía en una maleta y se lo llevaba? No, no podía obligarle a irse con ella pero esta rutina la estaba matando y aunque fuera difícil le dejaría seguir siendo feliz.

Cogió su maleta, su bolsa de regalices y se fue a coger un tren que la llevase lejos de allí.

Cuando llegó a la última estación se bajó. Él estaba allí, sentado esperándola. Cuando se vieron corrieron y se abrazaron efusivamente.

-¿Estas loca chica regaliz? ¿Pensabas irte sin mi?

sonrisa....

Indecisa, pero con ilusión esperaba ella al lado del árbol en el que habían quedado. ¿Cómo iba a saber quien era él? Nunca se habían visto pero ella estaba segura de que le reconocería, era el amor de su vida, estaba segura. Se había ido de compras y se compró un vestido que pensó perfecto para él. Rojo, hasta la rodilla, con vuelo y con la espalda al aire. Un moño muy trabajado sobre su pelo castaño le había quedado muy bien y con un leve toque de maquillaje, solo lo justo, había estado probando toda la tarde.

Ella de repente cayó en la cuenta. no se habían dado una señal para reconocerse salvo ese árbol, pero había muchos arboles iguales, se puso nerviosa.

Estuvo esperando hasta que llegó la hora.

Desde detrás de ella cayó una bolsita de regalices y escuchó una voz de hombre que decía:

- Se que eres tú mi chica de los regalices...

Ella sonrió, se dio la vuelta y supo que era el chico que siempre había esperado....

la chica regaliz

Tumbada en la cama, comiendo regaliz, que nunca le faltaba, escuchaba música sin parar. Sabía que las cosas no le iban tan bien como para despreocuparse pero necesitaba mantener la cabeza ocupada.
Hacía poco que se habia ido a vivir con su abuela, sus padres murieron hace apenas un año y ella no levantaba cabeza solo comia regaliz como solía hacer con sus padres.

Todas las tardes cogia un libro, su i-pod, se compraba una bolsa de regalices rojos y se iba a sentar en el mismo banco enfrente del mismo mar.

Ella triste, solitaria, no tenia amigos, no hablaba con nadie. Se aislaba del mundo que hasta ahora casi no le habia hecho feliz.

En todo este año pasado no habia encontrado nada que la hiciese sonreir. Actuaba indiferente, no reaccionaba con nada. Parecia que hacia las cosas por hacer, y asi era. Ella no queria nada, solo volver a su vida de antes.

Despues de leer un rato y contemplar el mar cogia sus cosas y volvia a casa. Esa era su rutina, hasta que un dia su rutina cambió. Le encontró a él....

continuará.....